Objetivos

 

Entender que la religión no es un asunto sectario, sino que obedece a la satisfacción de las necesidades más profundas del ser humano. Hambre de eternidad, como lo llama Eclesiastés.

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Presentar nociones de una religión sana y pensar en estrategias para evitar una religiosidad tóxica.

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Analizar los objetivos del cristianismo más allá de denominaciones, sectas o bandos religiosos.

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Dirigido a:

 

Estudiantes universitarios, grupos de iglesia o pastorales, líderes religiosos, terapeutas, padres de familia, educadores, organizaciones.

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Duración

8 reuniones de 45 minutos. En caso de no tener ese tiempo, se eligen los temas más relevantes para el grupo objetivo para ser dado en una semana, fin de semana o sólo un tema de los ocho posibles.